Lesión de peroné por fractura

Artículo de elaboración propia: AQQA Masajes

La reciente lesión de un jugador del Real Valladolid (Sisi), y el seguimiento posterior de su evolución, me va a permitir escribir el siguiente artículo, que sin ser exhaustivo, permitirá ver como es el desarrollo de una lesión y la frustracción que genera, que empieza por un golpe (fuerte en el caso de los deportistas) y que aún contanto con los medios de diagnóstico más adecuados, puede desarrollarse de diversas formas.

Foto de una fractura de peroné


Forma de producirse
Esfuerzos de torsión o un simple golpe, puede producir una fractura o fisura del peroné. Sin embargo, ni todas las lesiones son iguales, ni todas las personas se encuentran en el mismo estado físico. Cada persona experimenta una evolución peculiar y característica.
La lesión puede pasar desapercibida, y no observarse en las radiografias que se realizan. Puede ir acompañado de chasquido (lo que confirmaría la posibilidad de rotura o fisura) y de un fuerte dolor que podría remitir y que podría invitar al médico que lo diagnostica a pensar que no es nada grave, como le sucedió al servicio médico del R. Valladolid (Norte de Castilla, 29 de diciembre 2009)

Medios diagnósticos
La más sencilla y la más habitual, en la Rx (Radiografía), para comprobar si existe una posible rotura o fisura.

Tratamientos habituales
Ante todo decir que es una lesión con una recuperación larga y prolongada, que requiere la máxima atención por parte de la persona lesionada.

En personas comunes, si se ha observado rotura o fisura, el tratamiento habitual suele ser la inmovilización mediante una férula de yeso, se inmoviliza durante cuatro o cinco semanas, se limita la carga (mediante muleta/s) y es suficiente, y en casos graves, en los que no haya soldadura del hueso y formación de callo óseo, requeríra cirugía (siempre como último recurso), que consistirá en la mayor parte de los casos (y dependiendo de la lesión), en la fijación del hueso mediante el uso de tornillería y una inmovillización de tiempo, algo superior.

En el caso de deportitas, los médicos no inmovilizan el hueso para tratar de acelerar la evolución de la lesión (vendajes, sujecciones parciales durante tres semanas y se inicia el trabajo a la cuarta, aunque los resultados pueden no ser los esperados .
«Cuando no se inmoviliza del todo una fractura, el hueso hace un poco más de hueso. Y ese exceso de hueso ha provocado que se irrite la zona de los tendones peroneos y el flexor del primer dedo. Los tendones que pasan justo por debajo de esta zona son los que le han dado un poco más de guerra». (caso de Sisi, Norte de Castilla, 6 de enero de 2010).

Una vez completada este primera fase, llega la etapa de recuperación mediante técnicas manuales (que en nuestro actual modelo sanitario, pasa por un estadio de Fisioterapia), durante 2 a 3 meses, con sesiones diarias o alternas, dependiendo de la gravedad

Desarrollo de la lesión
Las alteraciones biomecánicas o roturas parciales de ligamento, harían retrasar el tratamiento y podría hacer falta una segunda opinión.
La recaída puede venir, simplemente de un estiramiento forzado.
Una vez que se suelde el hueso, se forma un callo de fractura o callo óseo
Suele doler el tobillo durante muchos meses aunque el dolor llega a ser soportable y no requiere uso de medicación. Puede notarse molestias en impactos, golpes, apoyos muy fuertes (sobre todo en deportistas)
Por el hecho de llevar la férula, suele atrofiarse las zonas musculares afectadas, lo que conllevará el peligro de una perdida de masa muscular, si la inmovilización es muy prolongada (que requerirá posteriormente de un ejercicio o de sesiones de terapia manual -masajes-, para una correcta recuperación)
También podría haber retracción del tendón de Aquiles y posibles pérdidas de movilidad del tobillo